1) Papeles para escribir o de escritorio: son papeles bien encolados y resistentes, que deben tener una superficie fina, ser blancos y no deben volverse amarillentos con el tiempo.
2) Papeles de imprenta: generalmente no son muy finos; pueden contener cargas minerales y pasta de madera que den opacidad a las tintas de imprenta. Para los diarios, que emplean grandes cantidades de este papel, no son necesarias unas características especiales, ya que en este caso el papel se obtiene con porcentajes considerables de pasta de madera mecánica, que es la más económica.
3) Papeles mecano-técnicos: cubren una amplia gama, desde los papeles de embalaje a los papeles higiénicos. Son papeles de producción elevada que se fabrican en máquinas de anchos superiores y gran velocidad. A veces son bastos, sin tratamiento de depuración de pastas y sin blanqueo, ni cola.
4) Papeles para embalar: Existen diferentes tipos que van desde el muy fino (papel seda) hasta el grueso y consistente papel café (papel kraft).
5) Papel Celofán: Tiene el aspecto de una película fina, transparente flexible y resistente a esfuerzos de tracción, pero muy fácil de cortar. Otras de sus cualidades son que es biodegradable y que no resiste bien la humedad, ya que tiende a absorberla.
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